Crisis: Oportunidades de cambio y creatividad



Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera, donde vendía unas ricas hamburguesas. Estaba siempre muy ocupado y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión. Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:

“Compren deliciosas hamburguesas calientes !!!”

Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Alquiló un terreno más grande para poder ocuparse de su negocio, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.

Sin embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo: “Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos…? ¡Estamos sufriendo una grave crisis! La situación es realmente mala; peor no podría estar!.

El padre pensó: “Mi hijo estudia en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que está pasando…”

Compró entonces menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas hamburguesas. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más.

“Tenías razón hijo mío” le dijo al muchacho.

“Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis” :-?

Me permití colocar este cuento, que me fue enviado por una amiga, muchos lo deben conocer, porque cuando solamente vemos una cara de la moneda, seguramente no vemos todo lo que ofrece la otra cara.

Las crisis económicas en nuestro país, son moneda corriente, los mexicanos estamos acostumbrados a que en cada situación de inflación, desaceleración de la producción, comiencen los “achiques” en las empresas, puesto que se hace difícil afrontar los costos fijos si la producción disminuye.

Es bueno recordar que cada trabajador es una pieza clave en el negocio, tiene experiencia acumulada –knowhow– se siente parte de la empresa, aprendió a hacer su trabajo, pero algo muy importante… tiene competencias a desarrollar, y las empresas también aprenden de cada debacle.

Es en estos momentos cuando la empresa debe mostrar su madurez y reinventarse. No existe el “one de best way” existen muchos caminos los ideales, los posibles y los reales.

El cuento termina diciendo:

“No sigamos hablando de crisis. Hablemos sólo de hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas.

Si nos programamos para fracasar, fracasaremos.

Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos”.

Visto primero en: http://www.rosaquintana.com.ar