Maestra de contabilidad, con gran orgullo.



maestra

Experiencia docente, un encuentro en mi interior

Autor: C.P. María Guadalupe Lares Argüello *

Mi desarrollo profesional inició en empresas trasnacionales, ocupando puestos estratégicos. Entre mis funciones principales se encontraban las siguientes: controlar los movimientos diarios, crear estrategias para prevenir la actuación futura, así como la toma de decisiones con alto riesgo; obteniendo a cambio el deleite de tomar día a día los retos que esta labor requiere, junto con los logros que se transformaban en el desarrollo y fortaleza continua.

Hace ocho años tuve la oportunidad de dar clases a nivel superior. Para mi fue como una experiencia novedosa porque representaba desarrollar otro tipo de habilidades. Contaba con el conocimiento, estrategia y experiencia laboral, pero era notorio que esto iba más allá de una simple transmisión de conocimientos. Esto implicaba una responsabilidad más fuerte: el transmitir de manera ética y eficaz dicha experiencia a quienes se encuentran abiertos al nuevo aprendizaje y a quienes dejan en tus manos ese pequeño granito de arena, para que más adelante emprendan con éxito su carrera laboral.

También te das cuenta que cada inicio de ciclo escolar es diferente, la actitud, interés y valor en los jóvenes universitarios son tan diferentes de uno a otro ciclo, que llegas al entendimiento de que no estás trabajando con materiales, valores o proyectos. De hecho, te das cuenta que estás aportando experiencia de vida en lugar de trabajar, es una aportación a los estudiantes. Te conviertes en un guía que representa respeto pero a la vez confianza; lograr el equilibrio representa un reto impresionante.

Cada semestre tengo la oportunidad de recibir a los estudiantes de Contaduría de nuevo ingreso. Después de esta larga experiencia docente, me he dado a la tarea de enseñar con emoción y amor a la carrera, es decir, no solo transmito conocimiento, sino que trato de compartir mi experiencia y mi visión con un fin fundamental: lograr que mis estudiantes aprendan día a día con gusto y que eviten acudir a clases solo para aprobar, sino más bien para aprender, transformar y aplicar.

El ser docente ha marcado mi vida. Es una nueva etapa. He encontrado en mi interior aquel talento que no conocía. Me queda claro que representa una aportación muy importante y valiosa a la sociedad, ya que durante el desarrollo del estudiante, un error o mal consejo, o hasta una llamada de atención inadecuada, tendrá consecuencias definitivas en su desarrollo y en su aportación como futuro profesional de nuestro país.

El enseñar con amor y transmitir ese sentimiento hacia la profesión conlleva a obtener egresados proactivos. A todo aquel que le preguntes ¿Te arrepientes de haber estudiado esta carrera? y te responda con emoción, “Es lo mejor que pude haber estudiado, si tuviera que volver a elegir, elegiría nuevamente el ser Contador”, te hace sentir completo, satisfecho y orgulloso de la labor que desempeñas como docente y educador a la vez.

Ante esta privilegiada experiencia de vida, y el compartir con ustedes mi transición laboral, tan solo les dejaré como conclusión lo que considero es el deber del docente, “Guiar con dignidad y amor a la profesión, el estudiante recibe ambos conceptos y habrás logrado aportar a la sociedad un mejor profesionista con valores y ética profesional”.

El éxito docente se basa en la pasión, cuidado, dedicación y respeto por lo que hacemos, así que mis estimados colegas, les recomiendo nunca olvidar nuestra misión como docentes y siempre agregar estos ingredientes.

* C.P. María Guadalupe Lares Argüello

Coordinadora de la carrera de Contaduría Pública y Finanzas
Universidad del Valle de México (UVM), Campus Tlalpan

Fuente: http://www.ccpm.org.mx

Imagen: reflexionemostodos.blogspot.com