La crisis y la burbuja del burro (Fábula financiera)



LA CRISIS Y LA BURBUJA DEL BURRO

Autor colaborador:

C.P.C. FELIPE ALFREDO ORTIZ BENAVIDES

Sitio del Autor: certezafinanciera.blogspot.mx 

El mundo económico se encuentra inmerso en una crisis, que para los expertos es normal, cada cierto número de años se presenta una, la presente inició en 2008 en los EEUU, con el quebranto de las hipotecas, y los coletazos se siguen dando en la llanura financiera. México no ha estado exento de ello, aun cuando sus variables son sólidas, en lo interno se tiene una “sequía” económica producto de la alta dependencia de su comercio hacia el vecino del Norte, que ha generado escasez de empleo y falta de circulante acá abajo, donde se comen los frijoles con morisqueta y tortilla de harina de maíz. El gobierno federal se ha visto obligado a “planear” un subejercicio presupuestal con tal de que no se le reviente el hilo frágil de la inflación, que desencadenaría una vorágine incontrolable. Europa refleja un “sarampión” que ya parece “viruela” económica. Pero… ¿por qué se genera una crisis?

banquero

Una crisis económica se produce cuando tiene lugar una recesión del crecimiento económico durante un periodo de al menos dos trimestres consecutivos, llegando a producirse éste de manera negativa.

La recesión económica puede ser generada por diversos factores, aunque por regla general, lo más común es una situación de escasez generada por algún tipo de acontecimiento que provoca una drástica reducción de la producción referente tanto a los alimentos como a los diversos tipos de bienes y servicios.

Hace algunos días me encontré en internet esta interesante fábula  que explica de una forma sencilla la crisis relatada en el primer párrafo, y que puede servir de ejemplo para que le gente como yo y como muchos de ustedes –que no tenemos los conocimientos macroeconómicos– podamos entender  sus causas y efectos. (Advertencia: Lo siguiente no es para que lo copien y lo hagan, no siempre la demanda está garantizada aunque sobre la oferta).

Vayamos al grano con la burbuja del burro –considerando que no se cobra impuesto a la tenencia de ellos.

Image courtesy of Juan Gnecco/ FreeDigitalPhotos.net

Image courtesy of Juan Gnecco/ FreeDigitalPhotos.net

Un hombre se presentó en un pueblo en la que nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 pesos por cada burro que le vendieran. Buena parte de la población le vendió sus animales.

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio… 150 por cada burrito. Otra buena parte de la población vendió los suyos. Volvió un día después y ofreció 300 pesos, el resto de la gente vendió los últimos burros.

Al ver que no había más animales disponibles, el hombre ofreció 500 pesos por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente y se marchó. Al día siguiente mandó al pueblo a su ayudante con los burros que había comprado, para que los ofreciera a 400 pesos cada uno. Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los pobladores compraron los burros a 400 pesos. El que no tenía dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca”.

Como era de esperar, el ayudante desapareció, igual que su jefe, y nunca más se supo nada de ellos.

(Dícese que los vieron en las Islas Caimán el fin de semana anterior).

Resultado: El pueblo quedó llena de burros y de endeudados. Los que habían pedido dinero prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar los préstamos. Los que habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían, y entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría también todo el pueblo.

Para que los prestamistas no se arruinaran, el alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrada una gran parte del dinero, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguieron igual de endeudados.

El alcalde dilapidó así el presupuesto del ayuntamiento, que quedó también endeudado. Entonces pidió dinero a otros ayuntamientos, pero éstos se negaron a ayudarle porque, como estaba en la ruina, no podría devolver lo que le prestasen.

¿El nuevo resultado?

Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de deudores a los que seguir cobrando lo que les prestaron más los intereses, e incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarían a cubrir toda la deuda. Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida. El ayuntamiento igualmente arruinado.

¿El resultado final?

Para solucionar esta preocupante situación y salvar a todo el pueblo, el ayuntamiento… determinó ¡Subir los impuestos y bajar el sueldo a sus funcionarios! (Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia, el lugar donde sucedió esto es en una comarca hindú).

Basado en un artículo del C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas.

Y visto primero en: historiasdelahistoria.com (2010)