Un negocio exitoso no es producto de la casualidad. El trabajo diario, la trabajosa receta del éxito.



Mario Rizo

Un negocio exitoso no es producto de la casualidad.

El trabajo diario, la trabajosa receta del éxito.

 
 

Autor: C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas
Blog del autor: mariorizo.com
Firma: Salles Sainz Grant Thornton


“Sin la más rigurosa disciplina llegaríamos a la confusión más extrema”.

Henry Ford.


Aunque poseas suficientes recursos para efectuar ajustes y nuevos proyectos en tu negocio, si careces de la virtud de la disciplina, difícilmente podrás verlos materializados. Vuélvete en un líder del orden.

La disciplina es una palabra antigua pero una práctica vigente. El término viene del latín discipulus, que significa “el orden para aprender”. Por lo tanto, claramente entendemos que el disciplinado es aquella persona que busca crear un espacio bien estructurado para el aprendizaje y el trabajo y, obviamente, para alcanzar un objetivo: el éxito en lo que se proponga.

Es muy importante la disciplina en principalmente si es una empresa familiar, aunque a muchos colaboradores y principalmente los empleados familiares no les gusta que lo controlen demasiado, en esto hay que anotar en qué forma se torna demasiado para alguien porque para mí puede ser de lo más normal, lo que para otros puede ser desgastante, en esto es que la disciplina en la empresa familiar debe ser implantada de manera eficiente.

La disciplina en la empresa familiar es muy importante y más si está en crecimiento porque todo mal se lo corta de raíz, si no lo haces a tiempo se convierte en un árbol grande y muy torcido el cual es muy difícil que se enderece.

La disciplina es lo que todo mundo debería conocer, es más importante que en las empresas  familiares enseñemos a nuestros colaboradores para lograr los objetivos, que se definan los procesos de tal manera que podamos asegurar su cumplimiento y su seguimiento, que cada uno de los empleados familiares o no  sigan las instrucciones sin dejar nada a la propia percepción como bien dice Georg Wilhelm Friedrich Hegel en su afirmación: “El hombre es lo que debe ser, mediante la educación, mediante la disciplina”.

Decía el exsecretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que no había secretos para el éxito, que este se alcanzaba preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso. Efectivamente, no hay secretos para el éxito. Para lograrlo debemos hacer de la preparación y el trabajo arduo parte de nuestra vida, en el día a día. Yo a eso le llamo disciplina.

De manera análoga, si tu negocio opera con disciplina, y esta se permea a todos los que forman parte de tu empresa, será bastante más probable que obtengas los resultados que te has planteado. En el mundo de hoy no puedes justificar tus fracasos culpando a las personas o a las circunstancias, tu negocio debe funcionar de manera impecable y disciplinada siempre. Como dijera Truman Capote, “La disciplina es la parte más importante del éxito”, y el éxito comienza con la disciplina. Esta es más determinante para alcanzarlo que la cantidad de recursos con los que disponga tu empresa. Aunque poseas suficientes recursos para efectuar ajustes y nuevos proyectos en tu negocio, si te falta disciplina para administrarlos y ejecutarlos, difícilmente podrás verlos materializados. Tú y tu equipo pueden poseer el cúmulo de cualidades y características técnicas que tu negocio requiere, pero si no existe orden, de poco te servirán. Los esfuerzos deben ir siempre encaminados a un objetivo común, de lo contrario habrán sido en vano.

El trabajo diario, la trabajosa receta del éxito.

Un negocio exitoso no es producto de la casualidad, sino del esfuerzo y del trabajo diario y disciplinado. El éxito no es cuestión de suerte: debes dar cada día tu mejor esfuerzo y hacer de esto una rutina. Los resultados llegarán y te será más fácil enfrentar las dificultades.

Desde este punto de vista, el subdesarrollo, más que una situación histórica, es un estado mental. Se puede alcanzar el éxito partiendo desde muy abajo. Debemos dejar atrás el paradigma de que estamos condenados a vivir en las mismas condiciones en que nacimos. Los mexicanos somos seres privilegiados con grandes cualidades, creativos, inteligentes y trabajadores. Sin embargo, requerimos de disciplina y orden en nuestras actividades diarias para obtener mejores resultados. No solo los trabajadores se sienten mejor en su lugar de trabajo, sino que el efecto de superación continua genera menores desperdicios, así como una mejor calidad de productos, con el fin último de hacer de la empresa más rentable y competitiva en el mercado.

La disciplina en la empresa es necesaria igual como si fuera en su casa, que si el que llega no la respeta, se tiene que ir o tiene en su caso consecuencias.

Considero que el hecho de tener procesos y normas bien definidas en cuanto a la disciplina y comportamiento de los empleados brinda una visión clara y amplía sobre lo que se espera de ellos, es más fácil la interacción en todos los niveles y motiva un clima confianza que se refleja en el bienestar de los colaboradores, un sano ambiente laboral y por consecuencia mejor calidad, mejores utilidades, mejores resultados y por lo tanto una mejor empresa familiar. Por tal motivo, todas las empresas deben seguir modelos basados en competencias para implementar medidas de disciplina que involucre a todos los colaboradores sin importar si son familiares o no, pues una mejor disciplina se refleja en la calidad hacía en el cliente y por ende genera una mejor empresa y familia propietaria.

Te invito a reflexionar sobre este tema. Evalúa la disciplina que existe en tu vida y en tu empresa familiar.

  • ¿Cuáles son tus objetivos?
  • ¿Qué estás haciendo para lograrlos?
  • ¿Están tus acciones realmente orientadas a alcanzar tus objetivos?
  • ¿Son tus esfuerzos actividades constantes o recurrentes?

En la medida que incorpores la disciplina a la cotidianidad de tu empresa, mejorarán los resultados que alcances. Vuélvete un discípulo del orden. ¡Deja de culpar a las circunstancias y trabaja con rigor!

“El genio, en una disciplina, con la práctica, potenciará su genialidad; el tonto, con la práctica, solo potenciará su tontería”.

 Valerie Tasso


C.P.C.  y M.I.  José Mario Rizo Rivas 

| Socio Director Oficina Guadalajara

Salles, Sainz – Grant Thornton, S.C.

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